Hoy os voy a enseñar unas croquetas que salieron buenísimas, con unas espinacas que me habían sobrado de otro plato que hice.
Estan muy suaves y seguro que os gustan.
INGREDIENTES:
- Una taza grande de espinacas cocidas
- Cuatro cucharadas de harina
- Una taza grande de leche tibia
- Un diente de ajo
- Una cucharada de mantequilla
- Aceite , sal y una pizca de nuez moscada
- Pan rallado y huevo para rebozar
PREPARACION:
En una sarten con un chorrito de aceite, dorar el ajo laminado y sofreir las espinacas. Salarlas al gusto y reservar.
En otra sarten, derretir la mantequilla y añadir un chorrito de aceite, así no se quema, echar la harina y tostarla bastante, así es más fácil hacer la bechamel. Cuando este tostada echar la leche caliente y con unas varillas dar vueltas hasta que ligue sin grumos.
Cuando empiece a hervir, se espesara, poner la sal y la nuez moscada y cuando esté bien espesa, añadir las espinacas.
Las cantidades son un poco aproximadas, a lo mejor tenéis que poner un poco más de leche.
Ligarlo todo bien y dejar reposar hasta que este bien frio.
Coger pequeñas porciones y formar las croquetas, rebozandolas en huevo batido y pan rallado. Freirlas en aceite bien caliente, para que queden muy crujientes por fuera y no se abran al freirlas.
Yo las he repetido, porque estan buenísimas.
